sábado, 20 de noviembre de 2010

Conflicto en Sancor por los 11 trabajadores despedidos

Todavía faltan dos compañeros

Luego de tres meses de conflicto, 65 días de paro, más de un mes de carpa con cortes sobre la Avenida Circunvalación, parece cercana la resolución del conflicto. El jueves 18 se realizó una nueva audiencia en el Ministerio de Trabajo provincial en la cual la empresa y los trabajadores avanzaron en la reincorporación de los 11 despedidos del Centro de Distribución de Sancor Rosario. Si bien se pasó a un cuarto intermedio hasta el miércoles 24, los delegados reconocen avances en la audiencia. Todavía se discute la reincorporación de dos compañeros.

Cuando uno de los delegados salió del Ministerio de Trabajo era mediodía. Los compañeros y sus familias formaron la conocida y ronda y Mauro Tejerizo adelantó algo de la reunión. El mencionado avance reside en que la empresa láctea por primera vez reconoció su lugar en el conflicto suscribiendo el acta, recordemos que la posición de la patronal siempre fue ligar los despidos a la distribuidora en calidad de tercerizados.

El comienzo del conflicto nos remite al mes de mayo cuando 5 trabajadores fueron despedidos, a los que se sumaron 6 más en septiembre. “De cerrarse el acuerdo se estaría reabriendo la planta, volviendo a la actividad, se levantarían la carpa y se continuaría el reclamo por vía judicial por los primeros cinco despedidos”, comenta Mauro luego de interminables días sobre la ruta. De todas maneras la carpa no se levantará hasta que la totalidad de los despedidos sean reincorporados.

El conflicto de Sancor está enmarcado en una serie de hechos que tiene como protagonistas a la dirección nacional del gremio, la Asociación de Trabajadores de la Industria Láctea de la Argentina (ATILRA), con la seccional Rosario. En 2008 el secretario adjunto, Ariel Chavez, fue agredido por una patota en el mismo centro de distribución, hoy sede del conflicto. Semanas más tarde debía realizarse la asamblea que elegiría la nueva dirección, la dirección de Héctor Ponce decidió “intervenir” en la asamblea con el trágico saldo de un muerto.

Dicho lo anterior, es comprensible la vinculación entre los delegados despedidos por la patronal y la anuencia de la dirección nacional. Cabe destacar la publicación, el mismo día de la audiencia, en el diario de mayor tirada de la ciudad, una solicitada sin firma intitulada “Para que se nos escuche”.

La solicitada habla de “grupo minoritario”, “personas que impiden el acceso al trabajo, […] el libre tránsito, que no cuentan con el apoyo de los trabajadores del Centro de Distribución”, y que “fueron expulsados por sus pares, compañeros trabajadores lecheros”. La pagina completa continua sobre los 5 despedidos calificándolos de violentos y de coacción, ligándolos indirectamente a la muerte ya referida en 2008, también habla de “patota violenta” la cual recibe “apoyo externo”. Sólo les faltó decir que eran infiltrados comunistas y estábamos en los 60 otra vez.

La solicitada redactada desde un nosotros que pareciera ser el colectivo de trabajadores nucleados en ATILRA Rosario, finaliza con la siguiente oración: “Queremos laborar en paz, y si surgiese algún tipo de conflicto laboral, individual o colectivo, hecho este que en este momento no ocurre, lo resolveremos a través de los carriles legales de nuestra representación sindical, ATILRA, única entidad a la pertenecemos y reconocemos”.

A ver, siendo honestos estas palabras deberían ir acompañadas de la firma respectiva, que, sin caer en especulaciones arbitrarias, la intervenida Seccional Rosario alguna responsabilidad acusa. Luego del asesinato de Mariano Ferreyra a manos de la patota sindical de la Unión Ferroviaria en el marco del conflicto de los trabajadores ferroviarios tercerizados, la problemática de la precarización laboral, el rol del sindicalismo burocrático y su vinculación con las patronales es un tema que debe interpelarnos a todos y por el cual debemos intervenir seriamente.

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