Que
dignidad tan grande la de creer siempre en la vida
con
solo ver una flor brotando entre las ruinas.
León
Gieco
El
próximo viernes 1º de marzo se cumplen 14 meses del asesinato de
Jeremías Jere Trasante, Adrián Patóm Rodriguez
y ClaudioMono Suárez. 14 meses de aquella madrugada del
comienzo de 2012 donde la banda de los Quemados cayó
a la canchita del barrio Moreno a buscar al Negro Ezequiel y
le dispararon, entre 6 y 8 tiros, a los pibes.
El
ejemplo y el valor de las familias de Jere, Mono y Patóm, de la mano
de la incansable pelea de las organizaciones populares de nuestra
ciudad y el país, le ganaron la pulseada al engaño que quiso
imponer el poder político, policial y mediático. Ningún “ajuste
de cuentas”. Jere, Mono y Patóm fueron tres víctimas más
del negocio narco. Tres pibes más que se agregan a la larga lista de
jóvenes que pierden sus vidas mientras barrasbravas, empresarios,
jueces, canas y dirigentes políticos se llenan de guita los
bolsillos.
Pero
tan grande es a veces la dignidad de lxs nadie, que puede convertir
el dolor por la pérdida de los seres queridos en una lucha
incansable por justicia. Justicia para que los asesinos de los
pibes sean castigados y se pudran en cana. Justicia
para ganarle este partido a la impunidad. JUSTICIA para devolverle a
nuestros pibes un futuro digno.
Las
injusticias del "Modelo", el narcotráfico y la
complicidad del poder político condenan a nuestros jóvenes
La
persistencia de bolsones de pobreza y exclusión, a pesar del
crecimiento económico a tasas chinas de los últimos 9 años, no es
un fenómeno externo al modelo que defiende el kirchnerismo ni un
“daño colateral”. Por lo contrario, es una consecuencia clara de
la continuidad de un patrón distributivo regresivo, donde las
políticas sociales sólo se han dirigido a aliviar las situaciones
más críticas. Y, también cabe indicar, existe una gran
responsabilidad de parte de los gobiernos municipales que, al ritmo
del boom sojero e inmobiliario, optaron por mirar más al Paraná que
dirigir sus esfuerzos hacia los barrios populares.
Así,
las barriadas se convierten en un ámbito propicio para la
instalación de bandas narco. Sin estudio, trabajo ni futuro, para la
pibada convertirse en soldados representa la fantasía de acceder a
un mundo de acción, dinero fácil y drogas. Un acceso efímero, que
termina con los pibes asesinados por otras bandas y la misma policía
por el control del territorio.
Ninguno
de los niveles de gobierno (Nacional, Provincial o Municipal) han
mostrado voluntad clara de pelear contra el narcotráfico. Por el
contrario, las complicidades –por acción u omisión- salpican a
todo el staff político. Así, el escándalo desatado por la denuncia
que pesa sobre el funcionario socialista Marcos Escajadillo (ex
chofer de Binner y que estuvo hasta hace poco al frente de la
Secretaría de Seguridad Pública de Santa Fe) por lavado de
dinero, es sólo una muestra muy grave del grado de connivencia entre
narcos y poder político.
Alternativas
Desde el
Frente Popular Darío Santillán- Corriente Nacional, Marea Popular y
Causa y Efecto expresamos
nuestra profunda preocupación por esta situación y reclamamos
soluciones integrales, de fondo. Reclamamos una política decidida a
enfrentar al negocio del narcotráfico debe intervenir por abajo, en
el contexto que posibilita la inserción y reproducción del
narcotráfico, y por arriba, desarmando la red de complicidades. Es
necesario que se avance en una profunda reestructuración de la
fuerza policial; que se desmantele la red de negocios entre policía
y sectores del poder político y judicial; que se investigue y
condene a los grandes capitalistas, los que viven en el lujo, lejos
de la periferia, y lucran con la vida de nuestros pibes y pibas. Pero
resulta fundamental que existan políticas públicas dirigidas a
garantizar derechos básicos como el acceso a la vivienda, a la
educación y a la salud, para que las expectativas de nuestros pibes
no se reduzcan a ser un soldadito.
¡Juventud,
divino tesoro!
Entre
mates y tortas asadas, birras y risas, en una esquina o en el
campito, Jere, Patóm y Mono fueron aprendiendo que ante la
injusticia no hay que bajar la cabeza. Que rebelarse no es mala
palabra, sino gesto creador. Que nadie se salva solo y que la peor
condena para los nadies es la soledad. Que la
solidaridad y el compromiso son el motor que todo empuja. Que la
organización es necesaria para darle fuerza a nuestros sueños de
cambio.
En
fin, que la militancia por un país justo y soberano es un presente
digno y un arma cargada de futuro.
Por
ellos, hoy alzamos nuestras voces para decir:
¡Jere,
Mono, Patóm y César, presentes!
¡Basta
de matar pibes y pibas en los barrios!
¡Desmantelamiento
de negocios entre policía, poder político y judicial!
¡Por
una vida digna para toda la juventud!
Frente
Popular Darío Santillán- Corriente Nacional
Marea
Popular
Causa
y Efecto