El 2013 nos encuentra ante un complejo y cambiante escenario político y social con la particularidad de presentar una nueva contienda electoral. En lo que sigue, compartimos algunas impresiones, lecturas y propuestas que elaboramos conjuntamente Causa y Efecto, Marea Popular y el Frente Popular Darío Santillán Corriente Nacional.
Entre el “capitalismo serio” y la vuelta al pasado
Si
bien aún falta mucho para las presidenciales del 2015, las distintas
fuerzas políticas aspiran a aprovechar las próximas elecciones para
quedar posicionadas de la mejor manera ante la discusión que se abre:
qué tipo de gobierno sucederá al segundo mandato de Cristina Fernández.
Tras el 54% de las elecciones de 2011, el kirchnerismo buscará refrendar
nuevamente en las urnas su hegemonía política. A la incertidumbre e
irresolución del problema de la sucesión, se suma un trasfondo de
relativo pero creciente descontento social. Descontento que va más allá
de la ofensiva mediática de las corporaciones antiK.
Lo
cierto es que desde la óptica de las condiciones de vida de las
mayorías sociales la inflación golpea cada vez más fuerte los bolsillos
de un pueblo trabajador que en el último año vio disminuida su capacidad
de consumo básico; mientras sigue sufriendo la precariedad laboral, un
transporte público destruido por los negociados, un injusto y regresivo
sistema tributario, la carencia de vivienda digna para proyectar un
futuro. Las muertes y los daños producidos por las inundaciones en
provincia de Buenos Aires volvieron a poner en evidencia la existencia
de una enorme desigualdad en nuestro país.
Asimismo, la
tan mentada “profundización del modelo” se sustenta en un proyecto de
país de matriz neodesarrollista que consolida un modelo económico
altamente concentrado, con saqueo y contaminación de los recursos
naturales. A lo que se suma el pago de la deuda externa, sin mediar
ningún tipo de investigación sobre la legitimidad de la misma, tal como
hiciera Ecuador.
En el asesinato de Mariano Ferreyra,
luchando contra la precarización laboral, en la violencia permanente
hacia el pueblo Qom, que persiste en la defensa del territorio, o en la
Ley Antiterrorista y el denominado Proyecto X, se evidencian los límites
estructurales que presenta una política de derechos humanos que ha dado
importantes pasos en la memoria, verdad y justicia sobre el genocidio
de la dictadura, pero que pierde consistencia cuando se la interpela
desde la multiplicidad de derechos humanos vulnerados hoy y por la
continuidad del aparato represivo estatal.
Esta
caracterización general del modelo, no implica desconocer que el
kirchnerismo ha tomado algunas medidas significativas para los sectores
populares, como la Asignación Universal por Hijo, la Ley de Comunicación
Audiovisual, la Ley de Matrimonio Igualitario, la Ley de Identidad de
Género, la estatización parcial de YPF, la estatización de los fondos de
las AFJP, entre otras. Y que con gran iniciativa política, a partir de
ellas el Gobierno logró un importante sustento de legitimidad social, en
tanto son conquistas fundamentales e irrenunciables de años de lucha de
todo el pueblo argentino, antes y después del 2001, y que por lo tanto
defendimos y defenderemos.
Del lado de enfrente, el
revoltijo de variantes claramente derechistas como el PRO, el Peronismo
“disidente” y el radicalismo, o progre-oportunistas como el FAP y
Proyecto Sur (+ Carrió), por citar algunas, sólo logran diferenciarse
del oficialismo por derecha y criticando las políticas progresivas.
Aunque no logran cuajar ni programas, ni alianzas ni alternativas
electorales, lo más recalcitrante de la oligarquía y el sector de los
grandes grupos económicos que se distanció del gobierno los ubica como
portavoces de sus intereses y presiona para que se unan electoralmente.
La convocatoria a la movilización del 18 de abril da cuenta de que los
sectores políticos allí nucleados han asumido una prédica reaccionaria
como forma de enfrentar al kirchnerismo, atacando las conquistas
logradas en estos años y siendo indiferentes hacia las enormes deudas
sociales y políticas que nos aquejan.
Unamirada al escenario local
Con
base casi excluyente en la producción primarizada, concentrada y
extranjerizada de soja, y con las mismas deudas sociales que a nivel
nacional, muestran cartas de presentación propias ya que tanto la
provincia de Santa Fe como la ciudad de Rosario son gobernadas por el
pseudo-progresismo del Partido Socialista y su variopinta alianza con la
UCR, la Coalición Cívica y el cuasimacrista PDP.
Hay
un elemento central para pensar la realidad local: la altísima impunidad
y connivencia entre bandas narcos, complicidad policial e
institucional. Los casos de los militantes Jere, Mono, Patom y César
Oviedo, del Movimiento 26 de Junio, y de Mercedes Delgado de la
Comunidad Parroquial de San Cayetano del Barrio Ludueña, son sólo los
más resonantes de los cientos de jóvenes que son muertos diariamente en
los barrios más postergados por la violencia narco-policial. Resulta
evidente que en determinadas zonas se consolida un actor temible como el
narcotráfico, imbricado con la clase política, judicial y la policía,
que pone en riesgo permanente a la juventud y que es un enemigo frontal y
directo de toda forma de organización popular en el territorio, y
contra lo que el gobierno del Frente Progresista Cívico y Social poco o
nada ha hecho en este tiempo.
Desde la vereda
opositora, el kirchnerismo local acusa al gobierno provincial de
“narcosocialista”, con un cinismo sin límites que pretende anular más de
veinte años de gobiernos peronistas en SantaFe, así como desconocer su
actual peso en los gobiernos locales en la mayor parte del territorio y
en la (In)Justicia Provincial. A esto se suma un elenco que cuenta en
sus filas a figuras vinculadas con el peor pasado conservador,
neoliberal y represivo en nuestra provincia, como el actual Presidente
de la Cámara de Diputados de Santa Fe Luis Rubeo o el Intendente de
Villa Gobernador Gálvez, Pedro González. Recién conmemorados los 10 años
de las inundaciones en la ciudad de Santa Fe, todavía impunes, así como
los asesinatos de diciembre del 2001 y el de la militante de AMMAR
Sandra Cabrera, nada de progresivo o nacional y popular se divisa en ese
armado opositor a nivel provincial.
Y si de nada
progresivo hablamos, no está de más mencionar el intento del principal
exponente de la nueva derecha argentina, el PRO, con su carga de
neoliberalismo vergonzante y discurso despolitizado, de consolidarse
como alternativa en la provincia tras la popular figura del cómico Del
Sel. Para los movimientos populares la vuelta al peor pasado no es un
chiste, y con contundencia seguiremos construyendo y disputando para que
no crezcan opciones antipopulares y conservadoras.
Por una alternativa desde abajo y a la izquierda
En
medio de esta polarización no se visibiliza una alternativa popular,
democrática y de izquierda que se oponga al “capitalismo serio”
kirchnerista recuperando los elementos progresistas y populares de sus
políticas y discursos. Una alternativa que pueda organizar la bronca por
las enormes deudas sociales de este “modelo” para que no sean
capitalizadas por los defensores del pasado neoliberal. Una alternativa
que combata la concentración económica y el saqueo, y sus desigualdades e
injusticias, que se posicione claramente del lado de los intereses
populares y que busque ubicarse como una referencia política masiva para
millones de argentinas y argentinos.
En las
construcciones de poder popular que florecen en los barrios, las
universidades, los espacios de trabajo, las fábricas recuperadas, los
movimientos de mujeres y de la diversidad sexual, las asambleas
populares que luchan contra el saqueo de la tierra y la destrucció nde
formas de vida campesinas e indígenas, se ha delineado en los últimos
años un espacio político de izquierda, popular y democrático novedoso,
autodenominado “izquierda independiente”.
Una
izquierda independiente hija de la rebelión del 2001; que sostiene los
principios de la igualdad, la autonomía y la organización popular;
independiente de los intereses económicos corporativos; que construye
desde el trabajo de base cotidiano y privilegia las formas democráticas
de decisión colectiva. Una izquierda que se extiende por todo el país y
que busca retomar lo mejor de las experiencias emancipatorias del
pasado, mirando atentamente y referenciando el proceso de la Revolución
Bolivariana y la enorme experiencia de la Revolución Cubana, entre
tantas otras.
Creemos, humildemente, que están dadas
las condiciones para que esta nueva izquierda dé en su conjunto un salto
político hacia una herramienta política común con una clara vocación de
poder y transformación de la realidad cotidiana. Desde esta vocación, asumimos que laizquierda
independiente tiene condiciones para constituirse en un actor de peso
para plantar una alternativa nacional a la izquierda del kirchnerismo.
¿Y en Rosario qué?
Desde
Causa y Efecto, Marea Popular y el Frente Popular Darío
Santillán-Corriente Nacional convocamos a la unidad de todos los
movimientos sociales y populares que nos sintamos parte de la nueva
izquierda independiente, para que profundicemos nuestra articulación y
comencemos a construir un proyecto de ciudad alternativo al existente. Estamos convencidxs de que ninguna experiencia particular por sí sola puede ser suficiente para este desafío.
En
este camino, consideramos necesario que las expresiones
político-electorales genuinamente populares y ubicadas consecuentemente a
la izquierda del Frente Progresista y el kirchnerismo apelen a la mayor
vocación de unidad en pos de privilegiar una efectiva y real
construcción a favor de los sectores populares y de la ciudad que
necesitamos.
Para esto nos parece necesario que el
espacio social y político que se sintió y se siente expresado en la
candidatura del periodista Carlos del Frade, ejemplo de compromiso,
honestidad y coherencia, y en la concejalía de Alberto Cortés; así como
la novedosa primer experiencia electoral del Frente para la Ciudad
Futura; unamos esfuerzos desde hoy en la construcción de una perspectiva
política común. Que siente las bases, con paciencia pero a paso firme,
para ese nuevo proyecto de ciudad que necesitamos y, en ese sentido,
para las batallas electorales que se vienen, comenzando por la de este
año.
Creemos firmemente que sólo con la unidad en
la diversidad, pero también en la coherencia, de todas las experiencias
de este espacio local emergente, puede erigirse una alternativa de los
movimientos populares que logre pensar y proponer otro modelo de ciudad y
de país, que tuerza el rumbo de este capitalismo serio, y plante con
iniciativas concretas la construcción cotidiana del poder popular para
una sociedad emancipada.
Frente Popular Darío Santillán- Corriente Nacional :: Marea Popular :: Causa y Efecto
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