La
movilización popular es nuestra única garantía
Norberto
Olivares es el abogado representante de los familiares de Jeremías Trasante,
Claudio Suárez y Adrián Rodríguez en la causa que investiga el triple crimen de
Barrio Moreno. En una entrevista realizada en el programa radial Propuesta
Gremial el penalista y militante por los derechos humanos, compartía algunos
conceptos sobre el estado de la causa, el rol del estado y el de la sociedad.
PG: La pregunta
obligada es ¿en qué estado se encuentra la causa a 15 días del asesinato de
chicos?
NO:
Yo no veo la fuerza o la decisión del Estado para disponer de todas las
herramientas que tiene para encontrar a los acusados y así encaminar la
búsqueda de la justicia. Sigo pensando que la presión social, política, toda la
presión que hemos venido haciendo es la que va a llevar a toda esta gente a
encaminar todo lo que haga falta. Sobre otras cuestiones, por ejemplo del
expediente, me parece que no debo
hablarlas por este medio.
PG: Hasta el
momento los familiares se han reunido con el Gobernador de Santa Fe y parte de
sus ministros y con la Ministra de Seguridad Nacional Nilda Garré. De todas las
promesas y ofrecimientos que realizaron en relación a la causa ¿se está
llevando adelante alguno?
NO:
Algo se ha puesto en marcha, lo demás son compromisos. Pero indudablemente,
nosotros no podemos resolver cosas que son de la esfera pública del Estado. Y
encontrar a estos tipos es un problema del Estado. Y del Estado provincial.
Ahí
uno encuentra los límites. Tenés jueces, como el caso de Pazos que es el juez
de la causa, que es un juez que ha jurado por los estatutos del proceso de
reorganización nacional.
Tenés
una policía provincial que tiene el triste historial de haber defendido a
LoFiego, haber sido la ejecutora de la masacre de 2001. Y que es la misma
policía, estructuralmente, que viene de la dictadura.
Y
tenés el plano de la disputa política. Todos sabemos que tenemos un gobierno en
la provincia de Santa Fe que tiene un signo político distinto al del gobierno
nacional.
Esto
se ve en la forma que operan ciertos medios, en cómo operan ciertos referentes
políticos de ambas fuerzas. Es un terreno de disputa en el que uno tiene que
hacer su lectura y no confundirse. Poner energía en que el Estado ponga todo a
disposición para que aparezcan los inculpados. Esta es la propuesta que uno les
ha presentado y en lo que respecta a esta causa, después vienen todas las
especulaciones con respecto a si es posible o no es posible que ocurran estas
situaciones con este Estado.
PG: ¿Cuáles son
los datos objetivos que se brindan para pensar en la violencia en los barrios?
NO:
Esto es un monstruo que se manifiesta y ahora se ve porque ha tenido un impacto
muy fuerte en un sujeto organizado. Estos tres jóvenes son un sujeto colectivo
organizado y este hecho de sus asesinatos ha tenido trascendencia pública
gracias a esto. Pero indudablemente este tipo de violencia es la moneda
cotidiana en los barrios. Y es el producto, de 20 o 30 años, de haber dejado
que esta “criatura” engorde y hoy estamos manejándonos sobre una combinación de
cuestiones explosivas. Hay un ejército privado que le viene a disputar al
ejército público, el ejercicio de la violencia. Y esa violencia va a ser una
mercancía el día de mañana. Por muy poca plata vamos a poder matar a un
dirigente de Derechos Humanos, a un dirigente social, porque a esta mentalidad
de la muerte que se está generando le preocupa la colectivización, le preocupa
la salida colectiva. Ve mal la organización de la gente y que esta no termine
siendo funcional a sus negocios, a su comercio o economía.
Hay
que enfrentar esto de la manera más decidida. Te lo dice un militante de
Derechos Humanos, vamos a tener que replantearnos todo esto. Ahora hay
fenómenos nuevos sobre los que hay que actuar.
PG: ¿Es casual
que todos los actores de estos hechos, las víctimas y los victimarios sean
jóvenes que han nacido bajo la reestructuración más grande, económica, política
y social, que ha tenido el trabajo en nuestro país en los últimos 50 años?
NO:
Exactamente, se acumulan cuestiones. La muerte, por ejemplo, Mariano Ferreyra,
también tiene una connotación similar. Se habló de la tercerización de la
violencia, pero más que tercerización es el ejercicio privado de la violencia.
Ahí también estaban los barras de los clubes, estaba el narcotráfico y estaba
el negocio de los burócratas sindicales. Todo en ejército privado.
Ejercito
privado con mucho poder económico, con mucho poder de fuego y con gran poder de
influencia sobre la esfera política. Esto es lo que estamos enfrentando.
Hay
que tomar conciencia de que esto no se va a resolver solamente con discursos y
buena voluntad como nos decían los funcionarios.
Hace
poco se discutía el concepto difuso del terrorismo por la Ley Antiterrorista
que se aprobó en el Congreso, acá tenemos una prueba muy clara de lo que es el
terror. Quién lo ejerce en la sociedad, quién lo planifica, quién se beneficia
con el terror y quien lo padece, quienes son las víctimas de ese terror. Las
víctimas las ponemos siempre nosotros, las víctimas las ponemos los sectores
populares, los sectores excluidos y, en este caso, tres militantes organizados.
Ahí está claro el concepto del terror, y no hay ninguna letra de esta Ley que
le ponga coto a eso.
PG: ¿Qué podemos esperar
dentro de la causa en los próximos días?
NO:
En estos días tiene que haber algún hecho o acción judicial o de la policía que
permita encontrar a los tres buscados. Yo creo que si los quieren encontrar,
los encuentran. Y si hasta ahora no ha sucedido, me parece, es porque no los
quieren encontrar… o bien, están tratando de ver cuáles son las condiciones de
la entrega.
Ahora
estamos en esta situación. Vamos a tratar de ponerle más pilas a la presión
popular que es nuestra única garantía.
PG: Todo el tiempo
haces alusión a la movilización popular ¿tan importante te parece?
NO:
Exactamente, nosotros tenemos que confiar en nuestra fuerza. Nosotros no somos
parte del Estado, no tenemos esa responsabilidad, no tenemos esa facultad.
Lo
que nosotros tenemos que hacer es mostrar la movilización, exigir el
esclarecimiento, una serie de acciones colectivas que sigan manteniendo vivo
este reclamo y lógicamente operen como presión para que el caso se esclarezca.
En
la Argentina ha habido muchos casos en donde se ha demostrado que la
movilización popular ha podido combatir a la impunidad. Y bueno, vamos a
apostar toda nuestra fuerza en esto.
Con el mayor respeto por el compañero Norberto Olivares, y obviamente por la familia de los muchachos y por sus compañeros del Frente, permítanme hacer una reflexión.
ResponderEliminarLa movilización popular es hoy, como están dadas las cosas, nuestra única posibilidad. No nuestra única garantía. En Río Negro, la provincia donde vivo, fue electo gobernador Carlos Soria, uno de los responsables del asesinato de Darío y Maxi. Si la movilización popular garantizara justicia eso no hubiera sido posible, porque el tipo debió estar preso. ¿A dónde quiero llegar? A que no hagamos de la necesidad virtud: hoy por hoy el conjunto de los sectores populares no tiene organización propia capaz de darle el control del aparato estatal, y como bien señala el compañero Norberto "nosotros no tenemos esa facultad", refiriéndose concretamente al poder del Estado, a las cosas que el estado puede hacer y nosotros no.
Pues entonces lo que nos falta es darnos a la tarea de construir esa organizaciópn propia, capaz de disputar el control del Estado. No se resolverán mágicamente todos los problemas, pero estaremos más cerca.
Mientras seamos cientos y miles de organizaciones separadas, algunas, como las sectas de izquierda, siempre listas para participar de cada marcha "de resistencia" pero nunca listas para un diálogo fraterno entre compañeros, porque primero está "el Partido" y su línea, digo, mientras esas mezquindades no sean erradicadas, seguiremos llorando por compañeros a los que ningún encarcelado devolverá a la vida, porque la política la decidirán otros, a la policía serán otros los que le den órdenes, y la justicia la impartirán también otros.
Necesitamos movilizarnos para reclamar justicia, pero también necesitamos con la misma generosidad abocarnos a esa tarea de construcción de una fuerza política unida, capaz de disputar el control del aparato estatal, para tener la posibilidad de cambiar la realidad desde un lugar de toma de decisiones.
Un abrazo fraterno a las familias de los chicos asesinados, a los compañeros del Frente y al abogado Norberto Olivares.
Hugo Rangone
Bariloche