El
3 de abril del 2002 fue secuestrada Marita Verón de 23 años, en la
Provincia de Tucumán. Diez años después, podemos afirmar, y
cientos de testimonios lo confirman, que su desaparición está
íntimamente ligada al negocio de la trata de mujeres y niñas
secuestradas para forzarlas a la prostitución.
El
caso de Marita se ha convertido en el caso testigo de una
problemática extendida en nuestro país y en el mundo. La incansable
lucha de su madre, Susana Trimarco, así como la constante exigencia
de las organizaciones sociales, políticas y de mujeres, ha hecho que
tome relevancia pública y que finalmente, luego de una década,
llegue a juicio oral. Durante esta década también se ha
sancionado la Ley contra la Trata de Personas que convirtió esta
práctica aberrante en delito federal.
Sin
embargo, creemos que queda mucho por denunciar, mucho por luchar y
mucho por exigir. Porque a pesar de la ley, de las campañas de
concientización, de las movilizaciones y de las sobradas pruebas
sobre cómo funcionan las redes de trata para la prostitución, lo
real es que se ha avanzado muy poco.
Pero
también hacemos referencia a las cientos de mujeres y niñas que
continúan secuestradas y desaparecidas en nuestro país. Los
discursos sobre el respeto por los derechos humanos no sólo no
parecen alcanzar a las humanas, sino que además parecerían ser
cuestiones del pasado. Y es todo lo contrario: ¿qué nombre se les
puede dar a situaciones en las cuales mujeres, sobre todo de los
sectores sociales más excluidos y vulnerables, son secuestradas,
mantenidas en condición de desaparecidas y sometidas a sucesivas
violaciones y torturas?
Lo
cierto es que, más allá de los discursos, de las leyes y de los
organismos creados desde el Estado, como la División Anti Trata, la
complicidad estatal en todos sus niveles continúa a la orden del
día. No se ha desmantelado una sola red de trata de mujeres, no se
ha encontrado a ninguna de las mujeres y niñas cuyos rostros han
sido publicados. No se ha enjuiciado a ningún funcionario debido a
ello.
De
esta manera, seguimos en las calles, denunciando que el secuestro de
mujeres y niñas por parte de las redes de trata para la
prostitución, lejos de ser un problema provincial o local es un
problema nacional que sigue en aumento.
Estamos
junto a cada familia que denuncia y no recibe respuestas por la
desaparición de su hija.
Acompañamos
a Susana Trimarco en su lucha por la aparición de Marita y el
castigo a todos los culpables.
Continuamos
exigiendo al gobierno nacional y a los gobiernos provinciales el
desmantelamiento de las redes de trata para la prostitución y la
aplicación de verdaderas políticas públicas que asistan a las
víctimas y ayuden a la prevención de estos delitos.
Seguimos
dando batalla para que ningún hombre siga pagando por sexo y
sosteniendo el negocio de las redes.
MARTES
3 DE ABRIL, 18 HORAS
Concentración
en el Congreso de la Nación (Av. Entre Ríos y Av. Rivadavia)
Estaremos
junto a familiares que buscan a sus hijas y a organizaciones
sociales, políticas y de mujeres.
APARICIÓNCON
VIDA DE TODAS LAS MUJERES Y NIÑAS SECUESTRADASY DESAPARECIDAS POR
LAS REDES DE TRATA
¡CON
VIDA SE LAS LLEVARON, CON VIDA LAS QUEREMOS!
EXIGIMOS
EL DESMANTELAMIENTO DE LAS REDES DE TRATA
Y
EL CASTIGO A LOS RESPONSABLES Y CÓMPLICES POLÍTICOS
¡SEGUIREMOS
EN LUCHA HASTA QUE TODAS SEAMOS LIBRES!
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