viernes, 30 de diciembre de 2011




















Ni chantaje ni extorsión: luchamos por nuestros derechos

Durante el 2011, las trabajadoras y los trabajadores asalariados atravesamos otro año de pelea por nuestras reivindicaciones. A diferencia de años anteriores, los principales conflictos se desarrollaron en el sector público. Los principales reclamos fueron: aumento salarial, el fin de las distintas formas de precarización laboral, la garantía de libertad y democracia sindical; en el caso de los docentes provinciales, se sumó la exigencia de un cambio en el sistema jubilatorio.

A diferencia de otros momentos electorales, donde los gobiernos buscan desactivar rápidamente los conflictos para sostener cierta imagen de “estabilidad”, en este caso los trabajadores y trabajadoras nos enfrentamos a  un poder político que se sentía con la fortaleza suficiente para soportar las medidas de fuerza y apostar al desgaste de la organización sindical.

Uno de las luchas más importantes de la ciudad y la región fue la que llevaron adelante los trabajadores de la secretaría de Promoción Social de Rosario. Sus demandas eran absolutamente justas: estabilidad laboral, igual remuneración para igual tarea, salario equivalente a la canasta familiar, recategorizaciones y reconocimiento de ATE en el ámbito municipal. Ante la falta de respuestas concretas de la “muni socialista”, los compañeros y compañeras se organizaron en asamblea, fueron al paro, sostuvieron un acampe en la plaza 25 de mayo aún con el frío invernal, y realizaron distintas medidas de protesta. Más allá de la mejora de algunas situaciones particulares, la precariedad que sufren los trabajadores y trabajadoras sigue siendo la misma.

Porque a pesar del crecimiento récord todavía 1 de cada 3 asalariados tenemos trabajos precarios, desde la agrupación de trabajadores y trabajadoras La Fragua junto a Socialismo Libertario y compañeras y compañeros del sector público y privado realizamos el domingo 13 de noviembre una Jornada Contra la Precarización Laboral y por Trabajo Digno. Frente a los galpones del CEC, denunciamos con distintas actividades la violación sistemática de nuestros derechos, a través de contratos en negro, pasantías, la obligación de hacer más tareas de que las nos corresponden, entre otras modalidades.

Por su lado, las y los docentes nucleados en AMSAFE protagonizaron otro de los conflictos más importantes del año, sobre los requisitos del régimen previsional. Los maestros y maestras exigieron la posibilidad de jubilarse con 25 años de antigüedad, sin límite de edad y con el 82% mínimo, vital y móvil. El gobierno de Binner acusó a los trabajadores de ser una elite que quiere quebrar la Caja Jubilatoria, y enfrentarlos con el resto de la sociedad. Luego de numerosos paros y movilizaciones, la Legislatura provincial finalmente votó una reforma, que establece, a través de una serie de compensaciones, una baja en la edad jubilatoria. 


Fortalecer nuestras herramientas de lucha

Otro dato positivo fue la continuidad de las conducciones de la Asociación de los Trabajadores del Estado (ATE) y del sindicato de los docentes universitarios (COAD). Se trata de experiencias en las que se apuesta a la participación de las bases, y a la movilización en las calles para obtener sus derechos.

También valoramos el lugar de CTA Rosario como espacio de articulación de las experiencias de organización de trabajadores y trabajadoras. Nos parecen importantes las iniciativas desarrolladas por la Central como las jornadas de lucha contra el hambre y por libertad y democracia sindical, así como las actividades impulsadas desde las secretarías, como por ejemplo el curso de formación anual, las campañas por los derechos de las mujeres, y movidas de cultura popular. Finalmente, creemos fundamental profundizar el camino, reafirmando el carácter estratégico de la autonomía de las organizaciones de los trabajadores y trabajadoras frente a la clase dominante y sus expresiones partidarias en todas sus variantes: de derecha, “progresista” o “nacional popular”.


Lo que viene, lo que viene

Sin caer en pronósticos catastróficos inspirados en la mitología maya, el 2012 pinta complejo. Los analistas económicos y el mismo gobierno reconocen que el crecimiento económico será menor que en años anteriores. Los impactos futuros de la crisis internacional son todavía inciertos, aunque los trabajadores y trabajadoras sabemos que históricamente los empresarios buscan siempre acaparar las ganancias y socializar sus pérdidas.

Las señales que dio el gobierno después de la elección no son muy alentadoras: sugiere techos salariales; amenaza con tumbar a Moyano no en nombre de mayor democracia en los gremios sino para que vuelvan los “Gordos”, lo más rancio del sindicalismo argentino; califican de “amenaza” y “extorsión” a las medidas de fuerza de las organizaciones independientes. La vergonzosa Ley Antiterrorista es un instrumento que apunta precisamente a atemorizar a la militancia sindical y popular y tratar de frenar la protesta social.

Ante esto, estamos convencidos y convencidas de que debemos redoblar esfuerzos en la construcción por la base, en la multiplicación de asambleas y cuerpos de delegados en todos los lugares por trabajo. Para que no haya un solo despido. Para que se termine la precarización laboral, en todas sus formas. Para que haya una reforma tributaria y paguen más los que más tienen. Para que tengamos un salario digno para nosotros y nuestras familias. Porque lo merecemos. 

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