
Desde
hace una semana, la Ciudad de Buenos Aires está colapsada en
su sistema de transporte, alrededor de un millón de usuarios no
tienen servicio de subterráneos y miles de personas deambulan por la
ciudad, día tras día, buscando conseguir trasladarse a sus
actividades cotidianas.
El
origen del conflicto es conocido: el legítimo derecho de los
trabajadores a que se reúna, como lo estipula la ley, su convención
paritaria anual, y poder así discutir salarios y condiciones de
trabajo. El reclamo salarial de los trabajadores del Subte es justo,
dado que aún no han obtenido el aumento salarial anual que ya ha
concluido para la mayoría de las organizaciones sindicales.
Para
la Corriente Político Sindical “Rompiendo Cadenas”,
este conflicto ha puesto en evidencia que esta privatización, como
ocurre con la de los ferrocarriles, no sólo ha sido una verdadera
estafa, sino también un enorme fracaso. A más de una década
del traspaso a precio vil, el parque rodante no sólo sigue
siendo uno de los más antiguos del mundo, ya que solamente el 15% es
moderno, sino que está muy deteriorado por la falta de mantenimiento
de acuerdo a normas técnicas en vigencia. A partir de la Ley
de Emergencia Económica y del Decreto de Emergencia Ferroviaria, que
rigen desde 2002, Metrovías se desligó del mantenimiento general
con lo que se agudizó la caída del parque y las deficiencias en la
infraestructura.
Año
a año el Gobierno nacional ha transferido importantes sumas por
subsidios sin que se verifiquen mayores mejoras en la calidad de los
servicios, por el contrario la siniestralidad tiende a aumentar con
el riesgo físico para usuarios y trabajadores, algo que los
compañeros denunciaron ante los organismos de control en
numerosas oportunidades. Lo mismo habían hecho los delegados del
Ferrocarril Sarmiento y no los escucharon: la tragedia de Once, con
51 muertos y más de 700 heridos, le dio trágicamente la razón.
En
nuestra opinión, se está a tiempo de evitar nuevas tragedias. No se
trata de lograr un nuevo acuerdo de compromiso o de cambiar el
concesionario actual por otro. Se trata de erradicar el modelo
privatista que el Gobierno nacional quiere mantener y el de la Ciudad
profundizar. Se trata de recuperar para el ámbito estatal los
servicios de transporte subterráneo de pasajeros.
Para
la Corriente Político Sindical “Rompiendo Cadenas”, la
empresa SBASE debe ser intervenida por el Gobierno nacional, dar de
baja la concesión a Metrovías y nombrar una comisión
interdisciplinaria y autónoma de ambos Gobiernos que audite los
libros de Metrovías, investigue los subsidios otorgados y el
destino de los mismos, y permita conocer los verdaderos niveles de
ganancias de la empresa del Grupo Roggio.
Se
trata, en definitiva, de conquistar el carácter de Empresa Pública
para el Subterráneo, con formas democráticas de gestión y
contralor social, con participación de los trabajadores, usuarios y
sectores de la comunidad, garantizando la calidad y seguridad de los
servicios y eliminando el despilfarro y la corruptela.
CORRIENTE
POLÍTICO SINDICAL “ROMPIENDO CADENAS”
Buenos
Aires, agosto de 2012
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