
Por
Hernán Abrate, integrante del Espacio de Bienes Comunes del FPDS
Rosario. En el salón del sindicato de la carne de Carcarañá fue
la cita para que el sábado 4 de agosto pasado tenga lugar la tercera
charla sobre los efectos de los agrotóxicos en la salud y el
ambiente.
Abrió
el panel una de las madres del barrio Ituzaingó de Córdoba, Sofía
Gatica, que tan breve como contundentemente
contó
cómo empezaron a moverse por los problemas de salud derivados de las
continuas fumigaciones en los campos linderos al barrio, hasta llegar
a organizarse para llevar adelante este juicio histórico que está
teniendo lugar en estos días. Como
dice
Sofía, "lamentablemente el hilo termina cortándose por lo más
delgado porque en el banquillo de los acusados están
el aeroaplicador y dos sojeros, cuando nos gustaría que esté
Monsanto y el gobierno cómplice".
Siguió
con la exposición del medico pediatra y docente de la Facultad
de Medicina de Córdoba, Medardo Avila quien presentó con
precisión los efectos de las fumigaciones con distintos agrotóxicos
sobre la salud de las personas y los pueblos fumigados. Trabajos
estadísticos,
investigaciones científicas y casos clínicos demuestran el peligro
de la combinación soja, glifosato, extensión de la
frontera agropecuaria y como la distribución de este modelo coincide
con la distribución de las enfermedades relacionadas. Comentó
que los médicos junto a muchos profesionales de la salud, que
también se están organizando, conforman la red de médicos
de pueblos fumigados que ya van por su segundo congreso, el
primero en la Facultad de Medicina de Córdoba y el segundo en la
UNR.
Destacó
también que las consecuencias del modelo agropecuario instalado en
el país afecta a todos por igual, pero es generador de una gran
diferencia social y por ende
no
somos todos iguales ante la enfermedad.
Algo
así como que las penas son de nosotros y los porotos son ajenos.
Contó
un caso ejemplificador: tres vecinos de una familia de un pueblo
fumigado, con cáncer, afiliados a OSPRERA, no recibían la medicina
correspondiente por el caso de la mafia de los medicamento; su
tratamiento obviamente no resultó y murieron. El intendente y la
nieta del mismo pueblo también contrajeron el mismo tipo de
padecimiento pero hacen el tratamiento en Europa y evolucionan
favorablemente. "Suerte por ellos" dijo Medardo.
Después
le tocó el turno a Violeta Pagani, ingeniera agrónoma que viene
trabajando en distintos proyectos agroecológicos para demostrar que
es totalmente posible y necesario generar, crear, imaginar otra forma
de producción y consumo por fuera del
imperante.
Resaltó, también, el poder del consumo, la responsabilidad en esta
construcción también a la hora de elegir un producto.
Como
decía Mariátegui, al comprar un producto estamos fomentando las
relaciones sociales y de producción que los hacen posible.
Para
cerrar algunos vecinos del auditorio compartieron sus experiencias.
Entre ellos estuvo una ex diputada provincial (Saldaña) que fue
quien presento la ley de las distancias de las fumigaciones que hoy
tiene media sanción y está por perder estado parlamentario si los
senadores
no la tratan en los próximos meses.
Por
ultimo, Carlos Manesi (referente provincial de la campaña Paren de
Fumigar) comentó que tenían el trascendido de que no habría
voluntad política en el senado para tal fin y en ese sentido
invitó
al público a seguir con la juntada de firmas e ir a entregarlas a
Santa fe con una nueva movilización.
Es
para destacar que todos los panelistas, desde los que apoyan al
gobierno nacional hasta los que no tienen ninguna cercanía con el
kirchnerismo, coincidieron en que las fumigaciones son sólo una de
las nefastas consecuencias, que afecta directamente a la salud, pero
que el mal mayor y que es necesario superar es el modelo de
producción. E identificaron a las multinacionales del sector
(especialmente Monsanto) y a los gobiernos nacional y provincial como
a los promotores de este falso progreso.
Para
finalizar, dos citas para que no queden dudas sobre la dirección que
tomó nuestra presidenta. Primero le robo y transcribo el último
pedacito de una nota de Darío Aranda:
“El
15 de junio pasado, en un almuerzo en la sede del Consejo de las
Américas y frente a las mayores empresas estadounidenses, la
presidente Cristina Fernández de Kirchner relató: 'Hace unos
instantes estuve con Monsanto, que nos anunciaba una inversión muy
importante en materia de maíz (…) Y además estaban muy contentos
porque Argentina hoy está, digamos, a la vanguardia en materia de
eventos biotecnológicos. Aquí tengo, y esto la verdad que se los
quiero mostrar porque estoy muy orgullosa, el prospecto de Monsanto.
Vieron que cuando hacen prospecto es porque ya está hecha la
inversión, sino no te hacen prospecto. Así que una inversión muy
importante en Malvinas Argentinas, en Córdoba, en materia de maíz
con una nueva, digamos, semilla de carácter transgénico, que se
llama Intacta”.
Esa
misma semana se desarrollaba en Córdoba el primer juicio penal por
fumigaciones con agrotóxicos. Luego de diez años de lucha, la
organización Madres de Ituzaingó Anexo (mujeres organizadas luego
de que sus hijos y vecinas enfermaran) llevó hasta tribunales a dos
productores sojeros y un aerofumigador.
Y
ya que estamos de plagio, el remate se lo copio y pego a Martín
Caparros: “Para
eso, en síntesis, sirve la crispación, la división actual de la
política argentina: para que dos fracciones del mercado distraigan
con ladridos mientras siguen adelante con “un capitalismo en
serio”: mientras siguen cuidando los negocios de la Barrick,
Walmart, Proctor & Gamble, Cargill. Para que siga funcionando la
agrupación que realmente importa: la unidad de negocios que algunos
llaman La Monsanto”.
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