domingo, 10 de octubre de 2010

Despidos en la planta de Sancor Rosario


LA LECHE NUESTRA DE CADA DÍA

El 17 de mayo, cinco trabajadores del Centro de distribución de Sancor en Rosario fueron despedidos, desde entonces y hasta la fecha suman ya 11 los despidos y varias suspensiones. Los trabajadores instalaron una carpa a las puertas de la empresa denunciando persecución gremial, varios son delegados y todos integran la lista opositora a la conducción de nacional de Atilra (Asociación de Trabajadores Lácteos de la Argentina) y la intención de la empresa de cerrar la planta, dejando a 110 familias en la calle. Un conflicto que pone en evidencia los manejos y acuerdos entre las empresas, las burocracias sindicales y el Estado. Desde La Fragua, organización de trabajadrxs ocupadas del Frente Popular Darío Santillán, entrevistamos a Héctor Romero, delegado del centro de distribución de la empresa láctea.

Atilra Rosario y la patota de los entreguistas

El enfrentamiento tiene su historia. El 27 de noviembre de 2008 los delegados de la planta fueron agredidos por una patota dentro de las instalaciones de la Cooperativa. Una semana después, mientras se realizaba un acto de desagravio en las puertas de la seccional sindical de Rosario un grupo de unas 300 personas atacó nuevamente a los trabajadores en lo que se convirtió en una verdadera batalla. Como respuesta, la conducción nacional disolvió la delegación rosarina y “reubicó” a los trabajadores.

Héctor Romero, delegado del Centro de distribución nos comentaba de esta manera la situación:

La Fragua: ¿Cuál es la situación en este momento?
H. R.: Tenemos 11 despedidos, entre ellos compañeros de 27 y 23 años de antigüedad. Y después los que le siguen hay uno que tiene 14 años y los demás tienen entre los 8 y 9 años. De los 35 o 36 que estamos en la carpa, la mayoría somos de despacho. La gente con más antigüedad está adentro de la carpa, tenemos compañeros con más de 34 años de antigüedad. Tienen el retiro recontra asegurado y sin embargo no se retiran para seguir bancando a los despedidos.

L. F.: ¿Cuáles son las causales?
H. R.: Que no acataban las órdenes de los encargados, causar alteración del orden interno, no poder realizar las tareas que ellos necesitaban que hagan por salud, etc. Sancor históricamente notificó ante una suspensión o algún tipo de medida. Y ninguno tiene ningún tipo de notificación. Directamente vinieron y los echaron.
De los despedidos uno fue el tesorero en la conducción anterior, otro era el Secretario Adjunto y algunos fueron candidatos a delegados en las últimas elecciones.

L. F. : ¿Qué pasó después de los enfrentamientos de 2008?
H. R.: Nos intervinieron, nos disolvieron y partieron en dos pedazos: una parte a El Trébol, a 160 km y otra a Totoras a 60 km de Rosario.
Y así y todo nosotros presentamos lista y denunciamos más de diez puntos de fraude. El Estado no los tuvo en cuenta.

L. F.: ¿Cuándo vos decís que el Estado no los tuvo en cuenta es porqué hay alguna vinculación probable entre la empresa y el gobierno nacional?
H. R.: Cuando despidieron a los 5 primeros hubo un pedido de conciliación obligatoria desde el Ministerio que Sancor acató. Esta conciliación se extendió después a 30 días. Mientras se manejó desde el Ministerio de la provincia no hubo problemas, después nos derivaron al Ministerio de la Nación y Sancor nunca más acató. Siempre se reunieron entre Sancor y el Ministerio y después con nosotros. Ellos tenían reuniones de más de 40 minutos y las nuestras duraban 5 o 6.

L. F.: Ustedes denuncian la intención de Sancor de cerrar la Planta de Rosario ¿En que se basan?
H. R.: En los últimos 5 años, Sancor cerró 9 sucursales, sólo restan Rosario y Santa Fe. Ya lo intentaron, a pesar de que la de acá es una de las más redituables.

L. F.: ¿Sancor da pérdidas?
H. R.: En el último balance que pegaron en la cartelera, Sancor estaba ganando neto 4.100 pesos por minuto. Esto está en Internet si lo quieren ver.
Por eso nosotros estamos convencidos que los despidos y los cierres de sucursales son una maniobra política, discriminatoria y antisindical, no hay otra cuestión. Es la forma que tienen de desorganizar a los trabajadores.

L. F.: ¿Cuál es la diferencia del modelo sindical que plantea ATILRA Nacional y la Agrupación 7 de febrero?
H. R.: En 16 años de conducción ni Sancor, La Serenísima o Milkaut habían echado un trabajador. Conseguimos que Sancor dejara efectivo al personal de guardia, mantenimiento y reparto. Les ganamos un juicio para que cumplieran el Convenio y pagaran lo que corresponde. En Rosario se respetaba a rajatabla la bolsa de trabajo que plantea que tienen prioridad los hijos de los trabajadores. Eramos la única seccional que permitía la participación de todos los delegados en las reuniones de comisión. Esa son las diferencias.

L. F.: ¿Y cómo sigue esto?
Acá estamos en una etapa de análisis y discusión sobre los pasos a seguir. Algún tipo de medida llevaremos adelante hasta que Sancor se siente a hablar o hasta que actúe la justicia.

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