viernes, 31 de diciembre de 2010

Liliana Gómez. Espacio Juicio y Castigo- Rosario.


VDA: -¿Cuál es el balance que se hace desde el Espacio?

LG: -En lo personal es contradictorio. Fue positivo, pero también duro, por lo que implica revivir y tomar dimensión no sólo de lo que le pasó a uno sino al resto de los compañeros, que pasaron lo mismo que vos, una semana antes o una semana después. Un compañero me decía: “Zafamos por dos meses”; el Servicio de Informaciones (SI) iba adquiriendo distintas características según los meses. (…) Te das cuenta que estuviste mucho más cerca de la muerte de lo que vos creías que estabas.
Fue muy importante el aguante en la puerta de tribunales, cuando salís de declarar sabés que hay compañeros afuera. También fue importante la participación de otras generaciones. Además, que cada compañero declare acompañado de su inserción sindical y política me parece fuerte, es una forma de demostrar que la seguimos peleando, que estamos acá a pesar de los 30 años.

VDA: -¿Cuáles son los objetivos para el 2011?

LG: -Me gustaría que el juicio continúe con los tipos no excarcelados, sino que la prisión sea efectiva, cosa que veo difícil. Esto es largo, después sigue lo que se llama “Feced residual”, un juicio mucho más grande que este (la causa “Díaz Bessone”), que se va derivando de los testimonios y que va a tener que pasar nuevamente a Instrucción.
Creo que hoy los juicios son posibles porque hubo una definición política del gobierno nacional de tomar el Juicio y Castigo como una política de Estado. Con baches, con cosas que todavía faltan… me gustaría que se profundice en la Memoria Histórica. Además, en los últimos meses ha habido acontecimientos que tendrían que clarificarse, en particular lo de Formosa. Ahí no actuó como corresponde el gobierno nacional, sí en el caso Ferreyra y está actuando con la creación del ministerio de Seguridad. Me parece importante Nilda Garré ahí, que centralice en su ministerio el poder de las fuerzas de choque, y que vayan desarmadas. Creo que no es fácil actuar con la policía. Es una de las fuerzas más resistidas a cambiar. La creación del ministerio de Seguridad me parece importante en ese contexto, para tratar de empezar a romper esa estructura de la policía. En el caso de Julio López y de Silvia Suppo, las sospechas más grandes están sobre la policía.

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